Sunday, July 16, 2006

COFIPE, COFIPE, ra, ra, rá.

Por Víctor Manuel Barceló R.

Los tiempos se acortan y los enfrentamientos verbales entre partidos políticos, siguen a la orden del día, con motivo de las desavenencias por resultados, no claros, de la elección del 2 de julio. Con razones -que señala poderosas- el PRD presenta ante el TRIFE sus alegatos jurídicos y se coloca, ante la Ley, para conocer de un fallo inapelable. Solo que tiene una exigencia, producto de la reacción de sus millones de seguidores: el recuento, voto a voto, de la elección para Presidente de la República.

Con razones entendibles, millones de personas sienten depender en cuanto a empleo y bienestar, que les permita una vida digna, de un gobierno presidido por López Obrador. Peligroso suena, pretender desoírlos, sin que aflore su estruendo colectivo. Magna tarea tienen en sus manos los juristas electorales para dar una respuesta que calme los ánimos -triunfe el que triunfe- pero que las mayorías de mexicanos visualicen la transparencia de su acción y la acaten. Grave que echemos la culpa de un conflicto, solo a una parte de los contrincantes. ¿Alguien podría asegurar en donde hay más beligerancia, si en cuarteles del Muro, Yunque y otros grupos de ultraderecha; o en los Pancho Villa, Campamento 2 de octubre y otras tribus, que demuestran su violencia cada vez que pueden?.

A nivel internacional hay un alto reconocimiento al Sistema Electoral Mexicano. Se le anota una confiabilidad superior. En el IFE se formó un servicio profesional de carrera, de calidad reconocida. El equipo informático con que cuenta, da fiabilidad. Pero ello no lo exenta de “Jackers”, introducción amañada de mecanismos algorítmicos, capaces de incorporar cambios aritméticos velados y otras linduras de la computación que, de tanto repetirse, han creado una enorme duda en, al menos, la mitad de la población. No sería democrático -ni razonable- sofocar manifestaciones callejeras, que se dan y su expresión en medios. Si los lideres pretendieran detenerlas ahora, serían peligrosamente rebasados.

Por ello, dudas razonables y documentadas, deben llevar a realizar recuentos transparentes; mostrar al pueblo la verdad de un hecho, público y notorio como la votación del 2 de julio, es de trascendencia nacional. El derecho a dudar y a impugnar, nadie puede alterarlo. Pero el camino por la ruta de la Ley es el mejor para corregir errores, desviaciones o trampas –si las hubo-. El COFIPE tiene las normas, pero estas deben tener una ponderación, de acuerdo a los ánimos nacionales, sin salirse de los preceptos legales.

No debe ser solo cierto el resultado, sino parecerlo, para que todos nos sintamos tranquilos y retomemos la ruta de la gobernabilidad, tan afectada en los tiempos que corren. Quien definitivamente pierda la elección, tendría un compromiso para con el pueblo, ineludible. Cooperar a un gobierno de conciliación nacional. Esto no es lo mismo que un gobierno para torcer la historia o retroceder a los tiempos de la balcanización del país.

No es cierto que la nación este partido en dos. Es simplemente la expresión de un hecho: el desarrollo se concentra en el norte y centro del territorio. Ahora hay que llevarlo al sur-sureste para una autentica integración nacional. Ese es el reclamo profundo de una votación que nos está pidiendo, a gritos, que volteemos hacia el trópico húmedo y sub. húmedo y a las tierras altas y marinas, en que se concentra la población pobre de México, misma que habita sobre riqueza exaccionada para servir a otros. El TRIFE tiene la palabra.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com



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